13.4.11

5. Reencuentro - Alexis


Soy un maldito suertudo y ciego.
¿Cómo mierda no me di cuenta?
Llevo yendo a este café desde que llegué a la ciudad y nunca la había visto.
De nuevo mi corazón se aceleró. Odiaba esa sensación de que el corazón se me fuera a salir, pero a la vez era agradable sentir lo que me causaba ella.
Sacudí la cabeza. Que idioteces estoy pensando. Pero aun así no podía sacar la vista de la ventana, no podía dejar de mirarla mientras atendía a los clientes. Quería entrar y hablar con ella, una parte de mí lo deseaba, pero la otra me decía que me largara de ahí. Pero yo no quería hacerle caso a esa parte, quería entrar.
Nuevamente sacudí la cabeza, respire profundo y trate de seguir. Pero me acorde del brazalete. Quizás sea de ella, tendría que devolvérselo. Pero primero tendría que preguntarle a ella. Una sonrisa estúpida se formó en mi rostro. Definitivamente no tenía fuerza de voluntad.
Camine hacia la puerta de entrada dando una última mirada a la ventana y entré. En el lugar había gente, pero no tanta como para que ella no pudiera hablar conmigo. Ella estaba de espalda a mí, haciendo no sé qué cosa.  Se voltea y mira a donde estaba yo aún parado. Sus ojos se agradaron levemente y un rubor apareció en sus mejillas. Camino hacía donde está pero ella se va a otro lado. Sonreí y me senté en una de las batucas que estaban al lado del mesón. Estaba un poco ansioso, quería que viniera.
Después de un rato esperando, ella llego, con la cabeza un poco agachada pero aun así se le notaba que tenía las mejillas rojas.
- Buenos días, ¿qué desea?- pregunto sin mirarme
- Un capuchino, por favor- le respondí con una sonrisa
- Enseguida- contesto y se fue a servirme el café
Seguía ansioso, quería hablarle pero no sabía de qué, ni cómo empezar. ¿Dónde quedo mi imaginación? Ella volvió y me puso la taza delante de mí.
- ¿Quiere algo más?- pregunto
La mire directamente a los ojos y ahí me quede. No apartaba a vista de ella ni por un segundo. Sus mejillas se iban tornando cada vez más rojos y en sus ojos se veía el nerviosismo, pero aun así no corría su mirada.
- ¿Qué pasa?- pregunto nerviosa
Se veía graciosa así, quería reírme en ese instante. Pero no por maldad, se veía tierna avergonzada. De un momento a otro bajo su mirada sin saber por qué.
- Yo…-empezó sin levantar la mirada- Yo me quería disculpar- continuo en voz baja- Por lo de ayer- concluyo
Yo seguí mirándola, sin decir nada. Así que se acordaba. Cada vez estaba más sonrojada por mi mirada. Era entretenido ponerla nerviosa.
- Así que te acuerdas de eso- le dije con tono serio
- En verdad lo lamento mucho, yo no quise, estaba distraída, lo sien…-antes que pudiera terminar la palabra solté una carcajada que la desconcertó-…to- completo sin entender nada. Se me quedo mirando con el ceño fruncido y una mirada confusa- No lo entiendo. ¿No estas molesto?- pregunto
- ¿Así que aparte de distraída también eres un poco sorda?- le dije en tono de broma, ella seguía sin entender- Tú me pediste disculpas y yo las acepté. Listo, fin del problema- le sonreí
- No lo entiendo- me dijo en voz baja
- No me estas escuchando- le dije suspirando
- Es que…- después de eso no le entendí más, empezó a balbucear y a mover sus manos rápidamente.
- Oye, oye- la pare tomándola de las muñecas, ella se sorprendió y se sonrojo- Tranquila, me estabas poniendo nervioso hablando así.
- Perdón- se disculpó y yo me reí
- Te disculpas por todo, ¿verdad?- bajo la mirada- A ver, empecemos de nuevo, ¿bueno?- le dije y le solté las muñecas
- Está bien
- ¿Cómo te llamas?- le pregunte, quizás por eso debí haber empezado
- Elizabeth, pero dime Ely. ¿Tú?
- Alexis- le sonreí- Gusto de conocerte chica extraña- le dije en tono de broma y ella se rió
- No soy extraña- me dijo con un tono un poco triste
- Eso es lo que dices tú
- Oye, me haces sentir mal
- Lo siento, no era mi intención- me disculpe- Quizás extrañas no sea la palabra adecuada, diferente quizás o especial. No lo sé, dime tú, te conoces mejor que yo
- Me conoces desde ahora- dijo algo extrañada
- A eso me refiero- se rió pero se le notaba triste- ¿Te pasa algo?
- Emm… no- dijo dudando- ¿Por qué?
- Estas triste
- No lo estoy- me corrigió
- Se te nota demasiado, no lo niegues- suspiro y bajo la mirada
- No es nada- empezó pasándose la mano por su desnudo brazo-, bueno, en realidad es bastante. Se me perdió un brazalete- puse más atención-, era de mi abuela, es importante para mí. Sé que se van a enojar cuando se enteren, mi mamá y mi abuela
- ¿Cómo era?- pregunte un poco nervioso
- Era una cadenita con un diamante en forma de ovalo
- Oh!- exclame sintiéndome culpable, sentía que el brazalete pesaba una tonelada
- Permiso, tengo que ri a atender- me dijo mirando a una pareja que acababa de llegar
- Adelante- le sonreí y ella me imito
La mire durante unos segundos mientras ella se alejaba pero me volví rápidamente al café. Lo tome y le di un sorbo. Delicioso, como siempre. Así que si era ella. Quizás debería devolvérselo, pero estaba roto, no creo que se vería bien. Tendría que llevarlo a arreglar, como había dicho en la mañana. Si, lo llevaría a arreglar y se lo devolvería. Saqué mi celular y entre a internet. Apenas saliera de la cafetería iría a una joyería y como no quería andar paseándome buscando una, la busque en internet. Había una cerca de aquí, en una galería. Listo, iría ahí.
- Ya- su voz me distrajo- Volví.
La mire y sonreí dejando mi celular a un lado.
Estuve conversando con ella casi todo el rato que estuve allí. Ely era agradable. Se podía conversar con ella de cualquier cosa, era muy sencilla.
Después de pagar y despedirme de ella con un “Hasta pronto”, salí justo cuando una chica entraba. Tenía que irme a hacer lo que, hace ya 3 hora, debía haber hecho.
Mientras caminaba me puse a pensar en todo esto. La verdad era que ahora me sentía un poco estúpido por pensar así de Ely. Lo reconocía, era linda. Pero definitivamente después de hablar con ella no la veía como algo más. No era mi tipo. Ella parecía más una amiga que otra cosa. No sé por qué.
Entre en la galería y busqué la joyería que había visto. No tarde en encontrarla. Entre, había solo un hombre ya mayor que alzo la vista al oír que entraba.
- Buenas tarde, ¿en que lo puedo ayudar?
- Hola, quería ver si podía arreglar este brazalete- le dije mientras lo sacaba y se lo pase
- Déjeme ver- lo tomo y examino con ese extraño lente que se ponía en un solo ojo- Sí, se puede arreglar pero va a costar muy caro- dijo sacándose el lente
- No se preocupe por el dinero, hágalo- me miro sorprendido
- ¿Es para una persona especial?- pregunto y yo me reí
- Es solo una amiga- le respondí, no sé si se pueda considerar amiga a alguien que solo conoces hace menos de 1 día, pero era lo de menos- ¿Cuándo estaría listo?
- No lo sé, tengo que conseguir lo que necesito, además que tengo que terminar otros trabajos. Quizás en una o dos semanas, pero yo le avisaría
- Ok
Anoto en una boleta todos los datos que necesitaba y me paso una copia.
- Yo lo llamare cuando esté listo
- Está bien. Gracias
- Gracias a usted. Hasta pronto
Salí y me debatí en que hacer. No quería volver a casa aún. Quizás Abi querría salir de nuevo. Si, iría donde Abi.

~ Fin del Capítulo